miércoles, 12 de diciembre de 2012

Doctores norteamericanos se pronuncian contra la vivisección

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DOCTORES ESTADOUNIDENSES
SE PRONUNCIAN CONTRA LA VIVISECCIÓN*



 
MÉDICOS, CIENTÍFICOS Y OTROS PROFESIONALES DE LA SALUD RECHAZAN LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL

CARTA ABIERTA AL PUEBLO AMERICANO

REPRESENTAMOS A MILES DE PROFESIONALES DE LA SALUD COMPROMETIDOS QUE NOS OPONEMOS A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL (VIVISECCIÓN). DESEAMOS QUE USTED SEPA POR QUÉ


Falsas promesas, Falsas afirmaciones

La afirmación de la industria de la investigación biomédica de que nuestra salud y nuestra supervivencia dependen de la vivisección es claramente falsa. Los experimentos con animales no revelan las verdaderas causas de las enfermedades humanas. Nuestras enfermedades son el resultado de numerosos factores que no pueden ser reproducidos en animales: nuestro estilo de vida, las toxinas medioambientales, la genética, la pobreza, etc. De hecho, la información procedente de los animales es engañosa y con frecuencia peligrosa cuando se aplica a los seres humanos.

A lo largo de la historia, la práctica clínica unida al razonamiento deductivo ha sido el origen de importantes mejoras sanitarias. El descubrimiento de la penicilina y el digitalis, el desarrollo de los rayos X, el microscopio, y la aplicación de la higiene para el control de las infecciones, no deben nada a la experimentación animal. Para justificar el despilfarro de fondos públicos que provoca, la industria de la vivisección asegura que gracias a ella se han conseguido importantes avances, pero la realidad es la siguiente:

- La cirugía a corazón abierto sufrió un retraso de 10 años a causa de los experimentos engañosos realizados con perros.

- El trabajo en la prevención de la poliomielitis fue retrasado por una concepción errónea de la naturaleza de la enfermedad humana basada en los modelos experimentales engañosos de la enfermedad, pues se utilizaron primates no humanos. (Dr. Albert Sabin).

- Estudios científicos han demostrado que el aumento de la esperanza de vida no se ha debido a las medicinas experimentadas en animales, sino a la mejora de las condiciones higiénicas, a una mejor nutrición y a otras condiciones de vida.


No existen curas milagrosas

Los humanos y los animales no humanos sufren por igual a causa de la vivisección:

- Las enfermedades cardiacas siguen siendo la primera causa de enfermedad. Estudios recientes con pacientes humanos han demostrado que se pueden prevenir y son reversibles si se produce un cambio en el estilo de vida y en la dieta.

- La investigación con animales no ha sido capaz de detener el aumento de los nacimientos con malformaciones a lo largo de los últimos 40 años. Easter Seals ya sólo realiza actualmente estudios sin animales por dicho motivo.

- Aunque tres animales mueren cada segundo en los laboratorios de Estados Unidos, uno de cada tres estadounidenses puede contraer cáncer a lo largo de su vida.

“Es imposible llegar a ninguna conclusión satisfactoria sobre el cáncer humano experimentando con animales”. -Robert Bell, vicepresidente de la Sociedad Internacional de Investigación del Cáncer.


La vivisección derrocha los escasos fondos de la salud pública

Estados Unidos gasta miles de millones de dólares al año en el tratamiento de las enfermedades, más que cualquier otro país. A pesar de ello, nuestro sistema de salud es caótico.

Estados Unidos tiene una tasa de mortalidad infantil mayor que la de otros 22 países desarrollados. Decenas de millones de estadounidenses carecen de acceso al sistema público de salud. Los centros de salud mental y de rehabilitación para drogadictos están cerrando a causa de la falta de fondos. Los proyectos de limpieza del medio ambiente de las toxinas que provocan enfermedades son aplicados lentamente debido a la falta de financiación.


La vivisección es infinitamente cruel

Detrás de las puertas cerradas de miles de instituciones, los animales son sometidos a atrocidades inaceptables. No tienen derechos, ni voz, ni representación, ni forma de escapar.

Las granjas de cría, las perreras públicas y los proveedores privados de animales suministran animales continuamente. Por ejemplo, millones de animales mueren dolorosamente cada año en inútiles tests diseñados para proporcionar protección legal a los fabricantes.

“No conozco ninguna prueba que demuestre que el test Draize, el test LD-50, o cualquier otro test con animales que se realice para garantizar la ‘seguridad’ de los productos químicos y cosméticos, tengan relevancia para la especie humana”. (Donald C. Doll, Doctor en Medicina).


La vivisección es un gran negocio

La investigación biomédica es una industria enorme y lucrativa que recibe cada año 15.000 millones de dólares de fuentes públicas y privadas, y que mata a entre 65 y 100 millones de animales en el mismo período. Los experimentadores tienen una posición privilegiada sufragada con una red de asociaciones caritativas y con el control de las agencias federales que financian la investigación médica. Esta industria multimillonaria se mantiene a sí misma, se somete a unos controles que ella misma efectúa y se felicita a sí misma por sus supuestos logros. Mientras tanto, nuestro sistema público de salud se autodestruye.

Todos nuestros esfuerzos y recursos deben dedicarse a proyectos productivos como la medicina preventiva, y a metodologías de investigación directamente relacionadas con los seres humanos, como por ejemplo la investigación con humanos realizada con controles éticos, la experimentación con tejidos, y los estudios epidemiológicos. Es el momento de adoptar estilos de vida y de investigación que sean sostenibles, no contaminantes y respetuosos con todas las formas de vida. Solamente de ese modo conseguiremos nuestros objetivos en el ámbito de la salud.

“Odio la vivisección. Como mínimo debería limitarse. No obstante, lo mejor sería que fuera abolida. No conozco ningún descubrimiento científico que no pudiera haber sido realizado sin tanta barbarie y sin tanta crueldad. Todo lo relacionado con la vivisección es maligno”. (Dr. Charles Mayo, Fundador de la Clínica Mayo, New York Daily News, 13 de marzo de 1961).

“No se trata de elegir entre los niños y los perros, se trata de elegir entre buena ciencia y mala ciencia, entre métodos que son aplicables a los seres humanos y métodos que no lo son”. Robert Sharpe, Doctor.


Firman:

Kenneth P. Stoller, Pediatra
J. Leichtberg, Médico
Kathleen Waddell, Psicólogo Clínico
Paula Kislak, D.V.M.
Sam Snyder, Doctor.
Jonathan Lemler, Doctor.
Kathy MacLeay, Doctor
Lorin Lindner, Doctor
L.J. Marx, Psiquiatra
Susan Stewart, R.N.
Elliot Katz, D.V.M.
Richard S. Benedon, Médico de emergencias
Julie Fernee, R.N.
Donald E. Doyle, Otorrinolaringólogo  & Cirujano plástico
Joan Priestley, Doctor, Medicina General
Cheryl Anne Reller, R.N.
A. Yvonne Miles, M.S.N., C.C.R.N.
Josepth Nielands, Doctor en bioquímica
Harry J. Silver, Médico.
Les Stewart, Cirujano Maxilofacial
Charles Kuell, Médico familiar
Richard S. Blinstrub, Dermatólogo
Nedim C. Buyukmihci, V.M.D.
Michael Klaper, Doctor, Medicina General
 
 
* La presente declaración fue publicada en Los Angeles Times, el 24 de abril de 1991.
  Publicada en español en el tercer número de la Revista Tiempo Animal, México.
 
 
 

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