La Arcadia
Entre la bruma de alguna ciudad perdida y sin nombre
más allá del crepúsculo dorado
nuestras almas se juntarán algún día,
será un paraje celta y mágico
donde las náyades,
advertidas de nuestra presencia furtiva
emergerán radiantes y felices
de las cristalinas y límpidas aguas
del encantado y eterno lago de los sueños.
Un camino grávido de jazmines y lirios blancos
entre colibríes y multicolores mariposas
a nuestro paso libre y fresco se abrirá
donde la roja rosa de tu sonrisa
la flor más agraciada y perfumada será,
y la belleza y encanto de tu piel
cual níveo resplandor venusino
con la blancura de los cisnes se confundirá.
Serán la ternura de tu mirada
y el armonioso canto del jilguero
el sostén de mi poesía…
Llegada la noche, bajo la cornuda luna fulgurante
te declamaré mis versos
al sollozo de unas melancólicas notas sublimes
de un misterioso y oscuro Gardel…
más allá del crepúsculo dorado
nuestras almas se juntarán algún día,
será un paraje celta y mágico
donde las náyades,
advertidas de nuestra presencia furtiva
emergerán radiantes y felices
de las cristalinas y límpidas aguas
del encantado y eterno lago de los sueños.
Un camino grávido de jazmines y lirios blancos
entre colibríes y multicolores mariposas
a nuestro paso libre y fresco se abrirá
donde la roja rosa de tu sonrisa
la flor más agraciada y perfumada será,
y la belleza y encanto de tu piel
cual níveo resplandor venusino
con la blancura de los cisnes se confundirá.
Serán la ternura de tu mirada
y el armonioso canto del jilguero
el sostén de mi poesía…
Llegada la noche, bajo la cornuda luna fulgurante
te declamaré mis versos
al sollozo de unas melancólicas notas sublimes
de un misterioso y oscuro Gardel…
Autor: Casitadebarro
Para A. H.
Para A. H.
Ecuador, 28 de Febrero de 2010
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