Como bien explica esta obra, la crónica negra del Rock ha inspirado a multitud de analistas, sobre todo atraídos por muertes prematuras como la de Jimi Hendrix o Jim Morrison. De todas formas, y aunque en un primer momento el libro expone a las claras esta problemática, tampoco deberíamos saltarnos un razonamiento que se encuentra latente en la historia de la música contemporánea. Y es que este tipo de trabajos sacan a flote preguntas realmente inquietantes... ¿Cuántas figuras murieron de fama y cuántas la alcanzaron tras su muerte? ¿Cuántos genios vieron truncado su futuro a causa de la perdida de vida? ¿Cuántos músicos de segunda pasaron a ser dioses desde la tumba?
“Cadáveres Bien Parecidos” es la obra que saca todos los trapos, tanto sucios como limpios, de unas vidas al límite. Aunque también hay espacio para tragedias insólitas difíciles de explicar, esos agujeros negros en vidas sin mácula. Jordi Sierra I Fabra da vida a cadáveres exquisitos, a piezas que podrían ser de auténtico coleccionista de necrológicas. Un compendio de casos que desde sus capítulos a cada uno de sus rincones, nos enseñan la realidad de un mundo que no sólo está compuesto por glamour y purpurina. Este escritor, junto con la posterior ayuda de la actualización realizada por Jordi Bianciotto, cubre seis décadas para quitar el polvo a leyendas e historias que no son tan míticas como las pintaban los grandes cronicones.
Figuras de la talla de Alan Freed, Janis Joplin, Keith Moon, Ian Curtis, Michael Hutchence, Nico, Bon Scott o Sid Vicious, se pasean sin reparos ante nuestros ojos. Y aunque en algunos se echa en falta un análisis algo más detallado, la tónica general es la de un libro bien documentado y bastante completo (hasta guarda un sitio para los caídos en nuestras tierras en “Fiambres Made In Spain”). En definitiva, el lector hallará en las páginas de este “ Cadáveres Bien Parecidos” las claves que se le ocultaban en otras obras, datos borrados por un tiempo que sólo parece querer recordar a santos, olvidándose que todos ellos no eran otra cosa que simples mortales.
“Cadáveres Bien Parecidos” es la obra que saca todos los trapos, tanto sucios como limpios, de unas vidas al límite. Aunque también hay espacio para tragedias insólitas difíciles de explicar, esos agujeros negros en vidas sin mácula. Jordi Sierra I Fabra da vida a cadáveres exquisitos, a piezas que podrían ser de auténtico coleccionista de necrológicas. Un compendio de casos que desde sus capítulos a cada uno de sus rincones, nos enseñan la realidad de un mundo que no sólo está compuesto por glamour y purpurina. Este escritor, junto con la posterior ayuda de la actualización realizada por Jordi Bianciotto, cubre seis décadas para quitar el polvo a leyendas e historias que no son tan míticas como las pintaban los grandes cronicones.
Figuras de la talla de Alan Freed, Janis Joplin, Keith Moon, Ian Curtis, Michael Hutchence, Nico, Bon Scott o Sid Vicious, se pasean sin reparos ante nuestros ojos. Y aunque en algunos se echa en falta un análisis algo más detallado, la tónica general es la de un libro bien documentado y bastante completo (hasta guarda un sitio para los caídos en nuestras tierras en “Fiambres Made In Spain”). En definitiva, el lector hallará en las páginas de este “ Cadáveres Bien Parecidos” las claves que se le ocultaban en otras obras, datos borrados por un tiempo que sólo parece querer recordar a santos, olvidándose que todos ellos no eran otra cosa que simples mortales.
Sergio Guillén
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