viernes, 11 de mayo de 2012

Geovani Galeas - Grandeza y miseria en una guerrilla. Informe de una matanza

Conflictos Armados / Guerrilla 



Informe de una matanza. Grandeza y miseria de una guerrilla es un libro que debe leerse para saber un poco más quiénes somos, qué queda de nosotros después de una guerra que cada vez se ve más lejana e irreal, aunque las cicatrices que dejó sigan sangrando.
Es un libro armado a partir de reportajes y crónicas publicadas en la revista electrónica Centroamérica 21, y su elaboración estuvo a cargo de Geovani Galeas y Berne Ayalá. Se anuncia como el primer volumen de la Colección Partes de Guerra. No queda claro si habrá una segunda parte de este mismo trabajo o si es una serie en la que se tratarán asuntos análogos. El tema del libro parece estar cerrado, por lo que se esperaría lo segundo, y en el propio texto se dice en varias ocasiones que hay episodios ligados a los que se narran, ocurridos en otros lugares, en los que habrá que profundizar.
El libro trata de la matanza sistemática y constante de militantes y colaboradores que ocurrió en el Frente Paracentral de las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí", bajo la acusación de ser infiltrados del enemigo, es decir el ejército, la inteligencia del estado, la CIA, etcétera.
Los asesinatos en el Frente Paracentral siempre fueron un secreto a gritos, pero por algún motivo muy pocos hablaron de él a lo largo de los años. Hubo alusiones aquí y allá por parte de comandantes guerrilleros, como Juan Ramón Medrano (Balta), del ERP, y Francisco Jovel (Roberto Roca), del PRTC, y hace cerca de un año la revista digital El faro publicó testimonios de gente de la zona y de la época, y fue quizá la primera vez que se habló abierta y extensamente del "carnicero de la Paracentral".
Lo de Galeas y Ayalá va mucho más lejos. Durante varias semanas realizaron viajes a diferentes lugares de San Vicente y entrevistaron a viejos militantes y parientes de las víctimas, y el resultado es espeluznante: habla de cientos --quizá hasta un millar-- de militantes y colaboradores de las FPL que fueron asesinados, en medio o después de torturas salvajes, en medio de una "campaña de contrainteligencia" para contrarrestar una supuesta infiltración enemiga. Las escenas que narran los testigos --combatientes probados, algunos de ellos fundadores del Frente Paracentral y de organizaciones afines a las FPL-- recuerdan escenas que Coppola no filmó en Apocalypse Now, y a veces no muy diferentes a las que en esos mismos momentos debían estar ocurriendo en las cárceles clandestinas de la Policía Nacional, la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda.
Según los testimonios, si alguien, por algún motivo, se salía un poco de las estrictas reglas fijadas por Sibrián --más duras aun que las duras normas bajo las que se movían las FPL--, si decía la palabra equivocada, si le fallaba el fusil en pleno combate, si no mostraba "la suficiente compenetración" con la lucha, si vacilaba, podía terminar apaleado hasta morir, colgado de un árbol; "no se gasta balas en traidores".
Según lo que cuentan los autores, sin embargo, había un "sistema" para interrogar a los acusados de infiltración: se les fracturaba las piernas, luego los brazos, luego otras partes del cuerpo. La lógica era la misma de la Inquisición: no se puede estar seguro de que alguien dice la verdad por voluntad propia, aunque la diga; hay que salir de dudas a través de la tortura. Luego se les ejecutaba (en la Inquisición y en el Paracentral), a unos porque confesaban y a otros porque mentían.
Suena grotesco, y lo es. Suena imposible pero, según la lógica de la época, y según los materiales en los que se basa el libro, es bastante probable que fuera de un modo bastante parecido al que se describe, en una reiteración que resulta angustiante.

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